martes, 15 de septiembre de 2015

Subgéneros en la fantasía; ¿cuál es el tuyo?


No creo que nadie a estas alturas se sorprenda si digo que me encanta leer (y escribir) fantasía. Como lectora empedernida que soy, no me cierro a ningún género. Por supuesto, hay algunos que me gustan más que otros, pero como todo hijo de vecino tengo algunos que me hacen especial tilín. Es mucho más probable que alguien que quiera regalarme un libro acierte regalándome una novela de terror (como por ejemplo, El Resplandor), de fantasía (como por ejemplo, El Señor de los Anillos) o de drama histórico (como por ejemplo, Memorias de una Geisha) que con un título de novela erótica, por ejemplo.
Pero de todos los géneros literarios, sin lugar a dudas, mi favorito es el fantástico. La fantasía, el terror y la ciencia ficción forman una entente cordiale que en muchos casos se influye entre sí y a veces hasta se entremezcla. La fantasía, como suele ocurrir en estos casos, tiene sus propios subgéneros, y no sé a vosotros pero a mí me ocurre una cosa muy curiosa con ellos: los veo tan diferentes, tienen unos caracteres tan marcados, que puedo llegar a apasionarme por unos y sentir una indiferencia casi absoluta hacia otros. Eso no significa que me guste todo lo que se escribe de unos y que me niegue en redondo a explorar otros, claro... pero las diferencias están ahí, todos las tenemos, y me consta que este fenómeno se repite bastante a menudo entre los lectores del género fantástico.

¿Y cuáles son estos subgéneros? Pues la pregunta es más peliaguda de lo que parece, porque según a quién preguntes te dirá una cosa u otra. La división que he escogido yo no contempla TODAS las opciones existentes, entre otras cosas porque ya nos meteríamos en subgéneros dentro de subgéneros. Después de mucho leer acerca del tema, esta es mi división personal, aquella con la que yo me aclaro como lectora.


Fantasía épica

También llamada "espada y brujería". Es la fantasía basada en un universo inventado poblado por criaturas mágicas o ficticias. El mundo en que suceden los hechos está salido por completo de la imaginación de su autor y cuenta con mitología, dioses, cultura, historia e incluso leyes científicas propias. Por lo general, aunque no siempre, estos mundos tienen un marcado carácter medieval. Aunque en ocasiones las razas y criaturas son inventadas, hay elementos clásicos que siempre suelen aparecer en estas novelas, ya sean todos o algunos de ellos: elfos, enanos, dragones, orcos, brujos, guerreros...
Ejemplos: El Señor de los Anillos, Dragonlance, Elric de Melniboné, Conan el Bárbaro, Memorias de Idhún, Canción de Hielo y Fuego, Crónica del Asesino de Reyes, Terramar, Geralt de Rivia.
Puntos fuertes: Todo vale. El autor se puede inventar el mundo y las reglas que le da la gana, siempre que sean coherentes. Y si crea un universo rico, profundo e interesante, que de verdad valga la pena, puede convertir la historia en algo mítico.
Puntos débiles: Hay autores tan encantados con su mundo particular que se empeñan en mostrárselo al lector hasta en los más mínimos detalles y acaba aburriéndolo. En ocasiones esto sucede cuando el escritor está TAN centrado en la historia y en el mundo donde transcurre que se olvida de crear personajes interesantes, realistas y auténticos. Al final, los lectores pueden acabar dejando la saga sin terminar porque por muy molón que sea el mundo, lo que le suceda a quienes viven en él le importa un comino.


Fantasía mítica

Se trata de la fantasía que está basada o se desarrolla en un mundo ficticio que no es fruto de la imaginación del autor, sino que bebe de la mitología humana del mundo real. Es decir, todas las historias cuyo componente fantástico se basa en la Atlántida, en el ciclo artúrico, en la mitología griega, celta o nórdica...
Ejemplos: Ciclo Pendragon, Percy Jackson, Leyendas de los Otori, Las Nieblas de Avalon, Iron Fey.
Puntos fuertes: Partes de un mundo ya conocido (la Tierra en su pasado mítico) y de una mitología ya conocida y apreciada por el lector. No hay que explicarle a nadie quién es el Rey Arturo, el dios Odín o los Reyes Oberon y Titania.
Puntos débiles: La creatividad tiene un límite. Los amantes de la mitología o las leyendas sobre las que escribes querrán autenticidad y rigor en el trasfondo. Si el autor convierte a la caprichosa Titania en una serena y bondadosa Galadriel, o elimina el adulterio de Ginevra con Lancelot, se ganará el desprecio de los lectores (a no ser que explique y justifique bien los cambios dentro del contexto de la historia).


Fantasía oscura

Aquí entramos casi en el terreno del crossover: se trata de historias fantásticas que tienen un fuerte componente terrorífico. ¿Y por qué no dejarlas como terror directamente, entonces? Porque el lado fantástico es tan marcado que predomina el la historia. El terror es una consecuencia del mundo fantástico en que transcurre la historia o de las criaturas que lo habitan, pero no el motor principal de la novela.
Ejemplos: Los mitos de Lovecraft, Coraline, El Circo de los Extraños, La Torre Oscura, La Dama Número Trece.
Puntos fuertes: El terror provoca fascinación. Un mundo fantástico que además es terrorífico puede atraer a los lectores que adoran las emociones fuertes.
Puntos débiles: El terror provoca pesadillas. Un mundo fantástico que además es terrorífico puede ahuyentar a los lectores que rechazan las emociones fuertes.


Fantasía urbana

En este caso, el mundo de la fantasía se entremezcla con el mundo real. La historia puede suceder en el presente (es lo más común), en el pasado o incluso en el futuro, pero siempre se cumplirán dos caraterísticas: la acción transcurre en el mundo real y el telón de fondo suele ser una ciudad concreta. En estas historias siempre hay criaturas sobrenaturales que pueden operar al margen de la sociedad, ocultarse de ella o incluso invadirla, lo cual suele generar conflictos con los seres humanos normales, que viven en el mundo ordinario. Los protagonistas de estas historias suelen ser de dos tipos: o la criatura sobrenatural que vive camuflada en el mundo ordinario (conociendo o no su verdadera naturaleza), o la persona normal que se ve envuelta en el mundo sobrenatural (por lo general a causa de un interés amoroso).
Ejemplos: Harry Potter, Cazadores de Sombras, Drácula, True Blood, Crónicas Vampíricas (¡¡las de Anne Rice, herejes!!).
Puntos fuertes: Siempre es emocionante imaginar que a la vuelta de la esquina podríamos encontrarnos con un vampiro, un hombre lobo, un cazador de demonios o un mago. El mundo en que transcurre la acción nos es familiar, podemos identificarnos más fácilmente con los protagonistas, y si tenemos la suerte de conocer la ciudad donde transcurre la acción, podemos imaginarlo todo (y meternos en la historia) con mucha más facilidad.
Puntos débiles: En ocasiones, las novelas de este género corren el peligro de caer en el estereotipo (una tiene éxito y salen trescientas iguales). También hace necesario que el autor se curre un buen trasfondo para explicar por qué el mundo ordinario aún no se ha coscado de la existencia de todos los seres sobrenaturales que habitan en las sombras.


Romance paranormal

Hermano del anterior, pero no exactamente lo mismo. De hecho, en muchas ocasiones la gente los confunde. ¿En qué se diferencian? Mi explicación favorita es la de la escritora Jeannie Holmes, que viene a ser la siguiente: La fantasía urbana puede tener trama amorosa o no tenerla, pero incluso si la tiene, ésta no es el motor principal de la historia. En cambio, el romance paranormal siempre tendrá una historia de amor alrededor de la cual gira todo el argumento. La mejor manera de saber si estamos ante un romance paranormal es hacerse la siguiente pregunta: si elimináramos la historia de amor entre los protagonistas, ¿seguiríamos teniendo una trama sólida alrededor de la cual escribir la novela, o ésta perdería su razón de ser? Si la respuesta es que no podemos eliminar el romance porque nos quedaríamos sin argumento, es romance paranormal.
Ejemplos: Crepúsculo, Vampire Academy, El Descubrimiento de las Brujas, Saga Medianoche, Hermosas Criaturas, Cazadores Oscuros, La Hermandad de la Daga Negra.
Puntos fuertes: Fantasía y romance juntos son apuesta segura, sobre todo cuando las lectoras son mujeres (aunque hay muchos hombres que también son fans de esta literatura). ¿A quién no le gustaría ser la amante de un vampiro o perderse en los brazos de una sensual bruja? Además, este tipo de relaciones siempre tienen un componente de amor prohibido o peligroso que aumenta el morbo y el interés de la historia.
Puntos débiles: A menudo los autores de estas historias corren el peligro de centrarse tanto en el romance que descuidan por completo el trasfondo, convirtiéndolo en un simple telón de fondo simplista y hasta absurdo. Los lectores que busquen una buena trama de fondo al margen del amor, la pasión, los monólogos introspectivos y las escenas de sexo picantes, muchas veces acaban huyendo despavoridos para refugiarse en los brazos del urban fantasy.


Realismo mágico

Estas no son novelas fantásticas propiamente dichas. No hay una sociedad mágica paralela o un mundo fantástico; toda la acción transcurre en el mundo ordinario y dentro de un trasfondo aparentemente realista. Sin embargo, a lo largo de toda la narración ocurren eventos extraños, sobrenaturales o inexplicables que los personajes no se cuestionan o racionalizan con una facilidad pasmosa, haciendo que la frontera entre la realidad y la fantasía se desdibuje provocando una especie de neblina que envuelve el relato y la mente del lector.
Ejemplos: La Casa de los Espíritus, Cien Años de Soledad, Pedro Páramo, Como Agua para Chocolate.
Puntos fuertes: Este subgénero, que cobró gran popularidad en la literatura hispanoamericana del siglo XX, ha dado a luz algunos de los mejores clásicos de la narrativa contemporánea. Con él no sólo se puede disfrutar de una historia entretenida, sino de alta literatura (sin ir más lejos, el Premio Nobel Gabriel García Márquez es uno de sus autores).
Puntos débiles: Es un subgénero que no le gusta a todo el mundo. Los amantes empedernidos del realismo pueden verse incomodados o confundidos por el toque mágico de la historia, y los fans acérrimos de la fantasía pueden sentirse decepcionados al ver que la mayor parte de la novela cuenta una historia ordinaria que transcurre en el mundo real.


Bueno, pues esta es mi división. ¿Os parece que están todos los subgéneros? ¿Añadiríais alguno? ¿Cuál es vuestro favorito? ¿Y el que menos os gusta? ;-)