sábado, 16 de mayo de 2009

En el fútbol también hay frikis

El miércoles salía yo del trabajo, cerca de la una y media de la tarde, cuando me pasó algo bastante curioso. Me dirigía hacia la parada del autobús, dispuesta a cogerlo para irme a casa y preparar la comida, cuando oí un extraño sonido a mis espaldas, y me quedé asombrada al ver al tipo que venía tras de mí, siguiendo la misma dirección que yo.
Sin duda, se trataba de un loco. Iba vestido, de pies a cabeza, a rayas rojas y blancas. A rayas rojiblancas eran también sus zapatos y un enorme gorro a los Sombrerero Loco que llevaba en la cabeza, y en sus mejillas llevaba pintadas también rayas de esos dos mismos colores. Pero lo más aterrador no era su extraño atuendo, sino lo que portaba en las manos, el artilugio responsable de aquel ruido infernal. Una carraca. Pero no una carraca normal, de las de Nochevieja, no. Aquella era una carraca gigante, del tamaño de su brazo, pintada (¿a que no lo adivináis?) de rayas rojas y blancas, y la hacía sonar una y otra vez, con entusiasmo.
Iba detrás de mí, y yo empecé a inquietarme; ¿de dónde habría escapado tan extravagante individuo, que vagaba solo por las proximidades de la Ciudad de la Justicia de Valencia donde los colores más vistos son los negros y los grises de los trajes de chaqueta? ¿Realmente me estaría siguiendo? ¿Iría a por mí? Entonces, cuando estaba a punto de alcanzarme, distinguí el dibujo que había en el extremo superior izquierdo de su camiseta, y lo entendí todo: era el escudo de Atleti.
Resulta que (ahora me enteraba yo de eso, las cosas que tiene no ver la tele) había un inminente partido entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao en el Mestalla, la final de la Copa del Rey, y los hinchas ya campaban a sus anchas por la ciudad vestidos con sus mejores y más extravagantes atavíos, como el individuo que caminaba a mi lado. Y, cuando me di cuenta de ello, cuando me di cuenta de quién era ese sujeto y por qué vestía así, las primeras palabras que me vinieron a la mente fueron: "¡Y a mí me llaman friki por jugar a rol!".
Si es que parece que los únicos frikis que existen en el universo son los roleros, los wargammeros, los flipados de la informática, los que leen libros de fantasía y ciencia-ficción y a los que les gusta vestirse de Darth Vader o de Arwen Undómiel. Y resulta que no, señores. Que los futboleros son capaces de frikadas aún mayores que comerse un maratón contínuo de las tres películas de El Señor de los Anillos en versión extendida, jugar doce horas seguidas una sesión de rol de Vampiro o gastar toneladas de tiempo y/o dinero en hacerse un traje inspirado en el universo de Tolkien (pongo de ejemplo estas tres porque son de las que he perpetrado yo :-P). Y las frikadas de los hinchas futbolísticos son aún más frikis que las mías, porque yo al menos frikeo en privado, en mi casa o en una mereth, con mi grupito de gente en nuestro lugar acotado, mientras que los futboleros lo hacen en plena calle, a la vista de todo el mundo y a lo grande. Sin complejos, oiga. Aunque, claro, ellos no son unos frikis porque "es que el fútbol es así".
Me pregunto cuántos del Atleti y del Barça acabarían a ostias esos días por culpa de la dichosa final. Algo tan normal que, a no ser que monten una gorda o alguien acabe gravemente herido o muerto, ni sale en las noticias. Si esas ostias se las llegan a meter por culpa de una partida de rol en vivo jugada de Valencia (harto improbable, porque ni se hacen ReV en Valencia ni es normal que haya incidentes en ellos), ya veo los titulares en Las Provincias anunciando que "un extraño juego de rol toma nuestras calles y deja un saldo de ocho heridos leves". Ah, claro, pero con el fútbol no pasa nada, porque el fútbol es el deporte rey, el deporte nacional, y tiene esas cosillas.

A todo eso, al final el Atleti perdió. Humillantemente. Les metieron 4 goles a 1, pobrecicos míos. La verdad es que me supo mal; hubiese preferido que ganaran ellos. Nunca me ha gustado el Barça, y además de tanto ver rojiblancos por Valencia al final les acababas tomando cariño, de modo que me dio bastante pena que perdieran. Cuando supe el resultado del partido, no podía dejar de imaginarme al pobre tipo con el que me crucé por la Ciudad de la Justicia, que con el viaje se debe de haber fundido varios días de vacaciones y una pasta en transporte y alojamiento, al que de seguro el resultado de encuentro le habrá quitado las ganas de hacer sonar la carraca durante una buena temporada.

8 comentarios:

Kaoru dijo...

Es que frikis los hay en todas partes y de cualquier cosa. Yo los miércoles suelo comer con una amiga que estudia Historia y algunas veces se viene también algún compañero de ella, y sus temas de conversación histórico-políticos que sólo ellos comprenden... si eso no es ser frikis...
El fútbol es una de las cosas que menos me gustan, y más en esta época que andan todos alporizados con el Barça.

Estelwen Ancálimë dijo...

Bueno, es lo suyo, como han hecho doblete con la Liga...
A mí la verdad es que el fútbol me importa un ardite, pero si tuviera que elegir un equipo sería del Valencia.

De todos modos, yo soy de las que creen que "el fútbol no es nada interesante porque son veintidós hombres en calzoncillos persiguiendo una pelota. ¿No sería mejor si fueran veintidós hombres en pelotas persiguiendo un calzoncillo?" XDDD

Saludos:

Estelwen Ancálimë.

Alberto Zeal dijo...

Por lo menos, ese friki que tú mencionas era de los simpáticos. Los futboleros de Sevilla se dedican a destrozar cosas, atacarse entre ellos, tirar bengalas a la gente... Esas cosas tan simpáticas que realizan ante la impunidad de toda la sociedad.

Y es que todo se mide por raseros diferentes.

Estelwen Ancálimë dijo...

Por lo que dices, esos vándalos están a la altura de los Ultra sur o de los Boixos nois. Es una puta vergüenza. Porque hace no sé cuántos años a un gilipollas perturbado se le ocurrió matar a un tipo mediante un juego que se había inventado (que ni siquiera era rol, él mismo dijo en el juicio que nunca había jugado a rol porque sólo jugaba a su juego inventado), se estigmatizó a los roleros diciendo que el rol incita a la violencia, que hace que la gente e aleje de la realidad, que induce al suicidio y no sé qué más burradas. Pero cada tres por cuatro hinchas futboleros como los que tú comentas destrozan mobiliario urbano, lanzan bengalas y se montan peleas que acaban con gente herida o incluso muerta, y a nadie se le ocurre decir que el fútbol sea un juego peligroso o que incite a la violencia (y eso que ha habido jugadores de fútbol que se han quedado muertos en medio del campo mientras jugaban, cosa que jamás ha pasado en un juego de rol).

De todos modos, la verdad es que lo del tipo ese de la carraca fue bastante gracioso, sobre todo cuando finalmente le vi el escudo del equipo XD
Además, era ya un señor algo mayor, así que me figuro que ya no estará para destrozar gradas :-P

Saludos:

Estelwen

Alberto Zeal dijo...

Sí hija, perdona si he parecido algo radical, pero es que detesto un poco el fútbol XD Cuestiones profesionales XD

La verdad es que tuvo que ser una experiencia muy divertida y simpática.

Anónimo dijo...

Como en esto, en todo hay esa doble moral. Lo que está bien visto (o lo que no está mal visto) y lo que no.
Si te da por oler una flor, habrá gente que te mire mal. Si la pisas, seguramente nadie reparará en ti.
Y así como en muchas otras cosas. Con el futbol se hace la vista gorda, supongo, porque sino acabarían llamando a mucha gente fanática y que haya un amplio colectivo (reconocido públicamente, claro) que sea fanático significaría (siempre des del punto hípócrita de la sociedad ideal, compartido por una immensa mayoría) que algo va mal. Los fanáticos o simplemente fieles seguidores de algo(según esta sociedad ideal) son gente que no encaja ni quiere encajar. Gente que sobra, de la que se puede prescindir. ¿Qué pasaría entonces si un elevado número de población se volviera fanática? Todo sucumbiría en un gran caos ideológico. Es mejor vivir tranquilamente en esa hipocresía e ir tirando adelante.
Entonces es cuando la gente que tiene unas aficiones distintas a las de la mayoría, muchas veces pasan a ser fanáticos, aunque no lo sean. Aunque sean personas inmejorables...
Personalmente, me quedo sin palabras cada vez que veo un grupo de quinceanñeros fumando... ¿Podrían ser ellos unos fanáticos del tabaco? (Sociedad: ¡No!, ¡¿Pero qué estas diciendo?! A los menores de edad no se les vende tabaco y, además, los fumadores compulsivos no son fanáticos; simplemente calman sus ansias.) Quizás me he pasado un poco con el ejemplo, pero por ahí van los tiros. Fumar en muchas ocasiones está bien visto y en otras no llega a ser ni criticado. En cambio si te gusta leer (aunque sea solo de vez en cuando) un libro de fantasía o ciencia-ficción, entonces ya eres el rarito de turno.
Por suerte, cada vez estoy conociendo a más gente tolerante con anchos horizontes.

Elena Elexia dijo...

hola guapa!!

no creo que vaya a la EC, no hay pasta T____T

pero bueno siempre habra ocasiones de sacar los modelitos jajaajajaja

Findûriel dijo...

Jajajaja hay frikis de todo tipo. Yo nunca he jugado a rol (no será por falta de ganas) pero lo del fútbol lo sigo desde peque. El viernes mismo me voy a una cena de aniversario de la peña del Atleti (Atlético de Madrid, que no Athletic = Athletic de Bilbao, aunque estos son los papis del Atleti). No, no me vestiré a rayas rojiblancas, aunque sí me vista de hobbit XD
Y el fútbol sí es algo más que once tíos corriendo detrás de una pelota. También está el árbitro XD

Fuera de coña, el fútbol como deporte que disfrutar me ha dado grandes momentos, igual que las merith o las cenas hobbit.